Nunca había aterrizado tan tarde en Barcelona. Todos con las legañas en los ojos, salimos del avión y nos dirigimos a buscar las maletas siguiendo, como borregos, al Japonés del asiento 3D; se supone que él sabía ya el camino, así lo parecía. Reconozco que aún siendo de Barcelona y haber estado varias veces en esa terminal, me dejé llevar; hasta que una pared nos dijo que no íbamos por el camino indicado. Al unísono de "Folow de lider lider" dimos todos la vuelta. Seré burra! (quien me mada seguir a un Japonés en Barcelona...)
Un silencio sepulcral invadía la gigantesca terminal 1. Apenas se escuchaban a las "señoras de la limpieza" terminando los últimos detalles. En los asientos gente durmiendo o intentándolo; esperando su próximo vuelo o no, quien sabe.
Una cosa está clara: el que diseñó los asientos no pensó en la gente que a veces necesita descansar un poco después de muchos vuelos.
Así que, no queda otra que adaptarse al medio y dormir doblado. "Be water my friend"