A veces, cuando menos te lo esperas, encuentras un lugar mágico que te deja huella.

Atardecer en Anchor Bay , II-Mellieha. Malta

Mi avión aterrizó a la 01:30h de la madrugada. Creo recordar, incluso, que llamaron al Sereno para abrir las puertas del aeropuerto.
Nunca había aterrizado tan tarde en Barcelona. Todos con las legañas en los ojos, salimos del avión y nos dirigimos a buscar las maletas siguiendo, como borregos, al Japonés del asiento 3D; se supone que él sabía ya el camino, así lo parecía. Reconozco que aún siendo de Barcelona y haber estado varias veces en esa terminal, me dejé llevar; hasta que una pared nos dijo que no íbamos por el camino indicado. Al unísono de "Folow de lider lider"  dimos todos la vuelta. Seré burra! (quien me mada seguir a un Japonés en Barcelona...)
Un silencio sepulcral invadía la gigantesca terminal 1. Apenas se escuchaban a las "señoras de la limpieza" terminando los últimos detalles. En los asientos gente durmiendo o intentándolo; esperando su próximo vuelo o no, quien sabe.
Una cosa está clara: el que diseñó los asientos no pensó en la gente que a veces necesita descansar un poco después de muchos vuelos.
Así que, no queda otra que adaptarse al medio y dormir doblado. "Be water my friend"

Mientras buscaba un buen ángulo para fotografiar el Auberge de Castille en Malta, vi que los dos cañones que había a las puertas, daban mucho juego. La gente no paraba de hacerse fotos delante de ellos. Tanta gente no me llamaba demasiado mi atención  hasta que llegó "el momento". Me giré y vi a dos chicas rubias, exuberantes, posando al estilo león de la Metro Goldwyn Mayer, delante de un fornido caballero que intentantaba inmortalizar a sus dos cachorrillas. 

Es en ese momento cuando mis ojos se abren, mi párpado tiembla y mis manos empuñan rápido la cámara. 
Ésta no se me podía escapar. Ya tenía el titular perfecto!!

Definitivamente el verano nos da la espalda y deja paso al Otoño.
La fotografía de calle o Street photography me apasiona. Son esos momentos naturales e irrepetibles que te regala la vida cotidiana y que a veces te da tiempo a captar ;-)

El Periódico me envió a Badalona para hacer unas foto a un chico al que se le había hecho una entrevista.
Llegué un poquito antes de tiempo y saqué la cámara mientras esperaba a ver que cazaba. Me llamaron la atención esas dos bicis puestas del revés y esperé a que los propietarios volvieran de la ducha. Suerte tuve cuando vi que cada uno iba por su lado, dejándome así una composición equilibrada.

Hoy no tenía pensado hacer ninguna entrada en el blog pero he salido al balcón y lo he vuelto a ver.
Es él sí, el pico de montaña que me tiene enamorada. Cada día lo acompañan nubes diferentes. Cada día es una foto distinta a cual más bonita.
Éste pico es el Turó de Montcada (Montcada i Reixach) y se puede observar desde muchas zonas del Vallés Occidental. Yo, tengo la suerte de verlo desde mi casa en Cerdanyola.

A veces he leído que es el Matterhorn del Vallés...jejeje, salvando las diferencias; a mi de da igual, es pequeñito pero matón. Tiene 273m. de altura y existe una ruta que te lleva hasta la cima.
Antiguamente lo explotaba una cementera llamada Asland, de ahí que mucha gente le llame el pico del Asland. 
Afortunadamente, este año,  se ha firmado un convenio para restaurar toda la piedra que se le ha extraído y darle el valor paisajístico que se merece.
La foto la he realizado con Canon G15. Un juguete que me acabo de autorregalar, por lo buena que he sido ;-) y aprovechando que ha bajado de precio ya que ha salido un nuevo modelo la G16, que tampoco varía mucho, en este incesante negocio de las cámaras. Un debate que merece su tiempo y que ya comentaré otro día...

Este mes tengo la suerte de publicar la apertura del reportaje de Petra en la revista Viajes National Geographic nº 163 con una fotografía de la  cúpula de Al-Deir  el impresionante Monasterio de Petra; y como creo que es una de esas fotos que me ha costado mucho sudor realizarla, voy a explicar cómo la hice.